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LA ARTISTA MEXICANA FRIDA KAHLO MANTUVO JARDINES TODOPODEROSOS. ELLA PINTÓ FURIOSAMENTE, SE ACOSTÓ CON MUCHOS Y AMÓ LOCAMENTE. EN SUS JARDINES DE LA CIUDAD DE MÉXICO SUS AMORES COMENZARON, TERMINARON Y LAS PAREDES CON BUGANVILLAS FLORECIERON. EL ESPOSO DE FRIDA FUE EL GRAN MURALISTA DIEGO RIVERA. NO MANTUVIERON UN MATRIMONIO TRADICIONAL. FRIDA AMABA A DIEGO Y DIEGO AMABA A LA MAYORÍA DE LAS MUJERES. UN DÍA LEÓN TROTSKY LLAMÓ A LA PUERTA DE FRIDA Y, SEGÚN DICEN, EN ESE MOMENTO EL SEXO APARECIÓ EN ESTA HISTORIA.

La más famosa de las casas de Frida es llamada “La Casa Azul” está ubicada en Coyoacán, en el sur de la Ciudad de México. La casa es una fortaleza de colores en voz alta y el patio central es un océano verde de vida vegetal y de esculturas. El patio tiene su propia pirámide escalonada, diseñada por Diego y cubierto de ídolos.

Frida se casó con Diego en Coyoacán durante el verano mexicano de 1929. Ella tenía veintidós años, era notoria por su tendencia a beber con fuerza y a maldecir libremente. En ese momento era nueva en el mundo del arte. Él tenía cuarenta y tantos años y ya era famoso por sus imponentes murales públicos en México y en el extranjero. Se había casado, aunque no oficialmente, dos veces antes.

Aunque Frida tenía la mitad de su edad, ya había experimentado en gran medida el sufrimiento. Sufrió un accidente de tranvía cuando tenía dieciocho años, que la dejó fracturada y aplastada. La pintura se convirtió en su línea de vida durante los largos meses de su recuperación. Después de este período de inmovilidad conoció a Diego formalmente, ya se habían cruzado años antes, cuando Frida era una adolescente y él pintaba frescos en su escuela secundaria y ella se burlaba de sus amantes. En su segunda reunión Frida lo cortejó con su fuerte boca y su arte.

Después de cuatro años de matrimonio, se mudaron a su primera residencia permanente, actualmente conocida como “El Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo” o coloquialmente como “la casa de Diego”. Mientras que la arquitectura de la Casa Azul resguarda la privacidad, la casa de Diego está abierta a la calle. La línea de la propiedad está marcada por una sola hilera de cactus poste, alcanzando un metro o más de altura. El jardín ahí es lineal y escaso, con una colección de magueyes gigantes y una serie de fronteras formales construida a partir de agaves. Un jacarandá solitario arroja una sombra delgada sobre el patio de grava y piedra.

Diego era de naturaleza infiel y su matrimonio no estaba destinado a ser fácil. Un año después que se mudaron a la casa de Diego y él se acostó con la hermana menor de Frida, Cristina. Frida se sintió traicionada, no pintó durante un año y se mudó a un apartamento alquilado. Allí ella cortejó mujeres y hombres, entre ellos el fotógrafo americano húngaro, Nikolas Muray. Los retratos de vívidos colores con que Muray capturó a Frida, son los que mejor la muestran. La cámara y el fotógrafo, adoraban a Frida.

Tiempo después, el revolucionario León Trotsky llegó a México en ese momento Frida y Diego se habían reconciliado. León escapó de la Unión Soviética de Stalin y buscó asilo con su esposa, Natalia Sedova. Por invitación de Diego, la Casa Azul de Coyoacán se convirtió en la residencia permanente de León y Natalia durante los próximos dos años. Frida y Diego abrazaron los valores socialistas de León. Las dos parejas se hicieron muy amigas, tanto que los fines de semana los pasaban juntos en el campo. León amó las especies raras de cactus de México. Durante estos viajes dicen que extrajo enormes ejemplares que los acumuló en el baúl del auto de Diego para su replantación en La Casa Azul.

León le ofreció el tipo de romance que Frida anhelaba. Con los ojos puestos en el otro, Frida y León comenzaron un romance durante la primavera de 1937. Frida visitó a León y Natalia regularmente en La Casa Azul para recoger textos políticos, en los que León traspapelaba cartas de amor. Diego no pareció darse cuenta.

Natalia, por su parte, comenzó a sospechar. Las maletas en la puerta de la Casa Azul, León y Natalia se trasladaron a vivir a una hacienda. En la nueva casa, León trabajó en el jardín. Hoy en día el patio es un espacio laberíntico y gentil, compuesto por rectángulos de césped que se envuelven alrededor de la vivienda. Plantas de marihuana hacen compañía con rosas trepadoras en pálidos rosados. Limoneros se conservan de la época de León y floraciones magentas de una buganvilla se asoman a la casa.

Después que la aventura con León terminó, Frida pintó dos imágenes en rápida sucesión: un retrato de Diego y un autorretrato dedicado a León. En el autorretrato, Frida tiene un pequeño manojo de rosas, de no me olvides y de jazmines. Ella lleva una falda tradicional bordada con flores blancas. Su cabello se tuerce con hilo rojo y con una rosa pálida. Ella tiene una nota que dice: “Para León Trotsky con todo mi amor, dedico esta pintura, el 07 de noviembre 1937”.

Los años siguientes fueron difíciles para ellos. Diego le pidió a Frida el divorcio en abril de 1939. León fue asesinado en agosto de 1940. En diciembre del mismo año, Frida y Diego se reconciliaron y rápidamente se volvieron a casar. Diego seguió viviendo en su casa, mientras que Frida hizo de la Casa Azul su residencia permanente.

El jardín de La Casa Azul prosperó bajo la guía de Frida y durante algún tiempo la calma reinó en su casa. Ese mundo privado exuberante se refleja en las pinturas de Frida de aquella época: Autorretrato con Bonito (1941), Autorretrato con monos (1943) y Raíces (1943). En su jardín, sus monos llamados Fulang Chang y Camito de Guayabal, su venado llamado Granizo y un perro sin pelo mexicano llamado el señor Xólotl, vagaban libremente.

La historia de Frida, Diego y León es quizás como una historia de tres jardines emblemáticos de la Ciudad de México, todos ellos todavía muy vivos y creciendo hasta hoy en día.

Fuente: Adaptación del artículo “Sex, plants and Frida Kahlo”. Escrito por Sally Wilson. Sacado de The Planthunter.