La mejor época para abonar es la de mayor actividad, es decir, en los meses de primavera y verano, que es cuando las plantas están en crecimiento o en floración.
Si una planta recibe abono sobre el sustrato seco, podrían quemarse las raíces. Moja bien el sustrato primero y después rega con el agua en la que hayas disuelto el fertilizante.
El fertilizante es alimento, no una medicina, por eso, no abones las plantas enfermas.